Abejones de mayo

Published by Ángel Solís on

Miembros las subfamilias Melolonthinae, Dynastinae y Rutelinae pertenecientes todas a la familia Scarabaeidae

Los Abejones de Mayo son un acontecimiento y una tradición en Costa Rica.  Salen en cantidades grandes con las primeras lluvias después de la época seca y para muchos resultan molestos o una seria plaga, pero para algunos representan un símbolo de la renovación del ambiente producto del estímulo de la humedad.

Phyllophaga coronadis

Cuando en Costa Rica hablamos de los “Abejones de mayo”, claramente nos referimos a los escarabajos que tradicionalmente salen con la aparición de las primeras lluvias del año o el incremento de ellas y restringimos este nombre para especies relativamente pequeñas, de menos de 3 cm (cuando son más grandes y poseen cuernos en la cabeza o el tórax son llamados escarabajos cornizuelos).  En el Valle Central emergen durante mayo y mucha gente los espera ver llegando a las luces de sus casas.  Sin embargo contradictoriamente no todos los “Abejones de mayo” salen en ese mes; por ejemplo en la zona sur del pacífico de Costa Rica las lluvias llegan hasta un mes adelante y por lo tanto salen antes.  Algunas personas en Costa Rica, pero sobre todo los extranjeros, justificadamente se confunden cuando se les habla de “abejones” ya que inmediatamente piensan en abejas grandes.  Hay que explicarles que en la mayor parte de nuestro país, a excepción quizá de la zona de Guanacaste, se usa este término solo para referirse a los escarabajos y nunca para las abejas.

Phyllophaga prolixa tratando de captar feromonas con sus antenas

Contrariamente a lo que algunos piensan, no se trata de una sola especie (ver fotos).  Si los observamos bien, es posible apreciar que hay de varios colores y formas, lo que en realidad representan varias especies saliendo simultáneamente, algunas de las cuales son muy abundantes y otras más escasas.  En un solo sitio, dependiendo de dónde estemos en el país, podríamos reconocer una o dos o hasta 20 o más de ellas.  Por otro lado, las especies que puede uno encontrar por ejemplo en San José no necesariamente  son las mismas que salen en la zona sur o en Liberia o cualquier otra parte del país.

La mayoría de las especies son nocturnas, permaneciendo ocultas bajo tierra durante el día y se activan en la noche.  Pero hay algunas que al contrario, reposan en la noche y están activas durante el día, generalmente estas últimas son más pequeñas y de colores más llamativos y la gente muchas veces las llaman también Ahogapollos” (Fotos 13, 19, 21, 24, 27, 30, 43, 48, 49, 51 a 55, 57 a 60, 81, 85, 94 y 97).

Salen con las primeras lluvias debido a que gracias a la humedad se les facilita la salida del suelo hacia la superficie, para aparearse y volverse a enterrar a poner sus huevos, donde las larvitas (o gusanitos o jobotitos, Fotos 91, 93, 96 y 99) pueden desarrollarse sin problemas de sequedad y de disponibilidad de alimento.

1. Anomala granulipygus, 2. Anomala pincelada, 3. Anomala divisa, 4. Anomala praecellens, 5. Ancognatha vexans, 6. Anomala eucoma, 7. Anomala discoidalis, 8. Ancognatha vulgaris, 9. Ancognatha vulgaris, 10. Anomala sp

En términos generales el ciclo de vida comienza en abril o mayo cuando las hembras ponen los huevos bajo tierra.  De esos huevos salen larvitas pequeñas que trasladándose por la tierra buscan y comen un poco de tierra mezclada con raíces, semillas o materia orgánica vegetal, dependiendo de la especie.  Esas larvitas se desarrollan, y en un período de unos 5 meses mudan su piel un par de veces, resultando en larvas cada vez más grandes (Fotos 91, 93, 96 y 99).  A estas larvas subterráneas la gente las llama jogotos, jogotos o chobotos y pasan desapercibidas cuando son pequeñas pero se tornan más evidentes por ahí de agosto, setiembre u octubre cuando alcanzan su máximo desarrollo y son más voraces.

11. Callistethus sp, 12. Callistethus multiplicatus, 13. Anomala sp, 14. Callistethus pseudocollaris, 15. Callistethus mimeloides, 16. Aspidolea fuliginea, 17. Callistethus cupricollis, 18. Aspidolea singularis, 19. Epectinaspis costaricensis, 20. Callistethus schneideri.

En octubre vuelven a mudar transformándose en pupa (Foto 100), que es una fase de transformación hacia un nuevo abejón adulto el cual se completa por ahí de diciembre, pero que permanece bajo tierra en espera de las primeras lluvias fuertes en abril o mayo, que es cuando emergen simultáneamente del suelo.  Al salir durante las primeras horas de la noche, lo primero que hacen las hembras es buscar vegetación baja donde alimentarse de hojas (Fotos 13, 43, 48, 49, 52, 57, 59, 82, 84 y 88) o posarse para empezar a liberar olores denominados feromonas.  Estas feromonas son de atracción sexual y solo son percibidas por los machos de su misma especie utilizando sus antenas como órganos del olfato, lo que eventualmente conduce al apareamiento y la cópula (Fotos 50, 51, 60, 61, 72, 73, 75 y 89).

21. Faula mexicana, 22. Callistethus vanpatteni, 23. Cyclocephala conspicua, 24. Faula centralis, 25. Faula brunneipennis, 26. Cyclocephala erotylina, 27. Callistethus xiphostethus, 28. Callistethus sulcans, 29. Cyclocephala castaniella, 30. Callistethus xiphostethus.

A veces hay interacciones agresivas entre los machos con el fin de conseguir a una misma hembra (Fotos 51 y 75).  Las hembras fecundadas inmediatamente buscan enterrarse de nuevo para poner sus huevos y empezar el ciclo nuevamente.  Los sexos pueden distinguirse por características poco evidentes como el tamaño de las antenas (más grandes en machos de algunas especies), forma del abdomen, patas y cantidad y tamaño de los pelos son de las principales.  En términos generales una vez que salen a la superficie para la reproducción, la vida de esos abejones adultos no se extiende por más de dos o tres semanas.  Según sea la especie, los adultos se alimentan de hojas de diferentes especies de hierbas, arbustos o árboles, otros de frutos o flores (Fotos 13, 43, 48, 49, 52, 57, 59, 82, 84 y 88).  Muchos no se se han visto alimentándose como adultos.

31. Diplotaxis sp, 32. Cyclocephala mutata, 33. Cyclocephala sexpunctata, 34. Cyclocephala weidneri, 35. Diplotaxis poropyge 36. Cyclocephala fulgurata 37. Cyclocephala nigerrima, 38. Cyclocephala gravis, 39. Cyclocephala porioni, 40. Cyclocephala sororia.

Durante su ciclo de vida los abejones de mayo tienen diversos enemigos naturales.  Las aves son los principales depredadores de los  adultos, pero éstos también son parasitados por moscas de la familia Pyrgotidae (Foto 110), las hembras de esta mosca buscan al escarabajo y con su ovipositor le ponen un huevo sobre el abdomen del cual sale una larva que ingresa al cuerpo y se come al escarabajo por dentro.  Por otro lado, cuando son larvas son depredados por algunos mamíferos como pizotes y armadillos que escarban en busca de ellas.

41. Diplotaxis sp, 42. Diplotaxis sp, 43. Hoplia surata, alimentándose de flores, 44. Isonychus pictus, 45. Diplotaxis sp, 46. Isonychus hirsutus, 47. Epectinaspis costaricensis, 48. Hoplia surata, alimentándose de néctar de flor, 49. Hoplia surata, alimentándose de néctar de flor, 50. Diplotaxis sp, en cópula.

También hay parasitoides como moscas y avispas especializadas que las atacan, ponen huevos en ellas de los cuales salen larvitas que se los comen (Fotos 101 a 109).

A muchas personas la salida de los abejones durante el período en que caen las primeras lluvias del año les resulta un acontecimiento muy esperado, es algo muy arraigado en la cultura popular.  Sin embargo para algunos otros, quizá por desconocimiento o prejuicios, representan bichos molestos, y preferirían que no se acerquen a sus casas.  Otros los consideran torpes, sin embargo los escarabajos están adaptados a un ambiente natural y no a las luces y paredes de casas o edificios que el ser humano construye. En su ambiente natural son excelentes voladores, evaden fácilmente obstáculos y localizan con gran habilidad las plantas donde se posan o se alimentan.

51. Macrodactylus costulatus, alimentándose de flores y en cópula, 52. Isonychus sp, alimentándose de flores, 53. Macrodactylus solisi, 54. Macrodactylus solisi, 55. Macrodactylus centroamericanus, alimentándose de néctar de flores, 56. Pelidnota costaricensis, 57. Moroniella nitidula, alimentándose de flores, 58. Macrodactylus sylphis, 59. Macrodactylus costulatus, 60. Macrodactylus costulatus, en cópula.

Los abejones adultos prácticamente no causan ningún perjuicio al ser humano.  Al ser atraídos por las luces, algunas veces se amontonan en algún corredor o se introducen a nuestras casas por alguna ventana abierta, pero eso no debería ser motivo para tratarlos como si fueran plaga.  Lo apropiado sería alejarlos de la casa y ponerlos en un ambiente algo más natural como podría ser un patio con vegetación.  No hay razón para correr a matarlos destripándolos y mucho menos aplicando insecticidas.  En nuestros ambientes naturales donde vive la mayoría de las especies, son parte del ecosistema interactuando con otros organismos de forma natural.

61. Phyllophaga crena, en cópula, 62. Phyllophaga gigantea, 63. Pelidnota punctulata, 64. Pelidnota prolixa, 65. Phyllophaga densata, 66. Pelidnota glabra, 67. Phyllophaga costaricensis, 68. Pelidnota strigosa, 69. Phyllophaga coronadis, 70. Pelidnota notata.

En otras circunstancias, ya no como adultos sino como larvas pueden llegar a representar un problema (Fotos 91, 93, 96 y 99). Esto sucede principalmente en el campo, donde hay cultivos agrícolas.  Allí pueden ser muy abundantes y las larvas o jogotos al alimentarse de las raíces o tubérculos de las plantas causan pérdidas económicas enormes a los agricultores. Por otro lado, una especie podría existir en un cultivo sin ser plaga, pero cuando crecen sus poblaciones y alcanza un nivel de afectación económicamente importante para el agricultor, pasa a la categoría de plaga. Debemos acordarnos que el concepto de plaga esta estrechamente relacionado con el ser humano y su efecto sobre su economía o salud.  Conociendo la biología de las especies podríamos combatir esa plaga de alguna forma, ya sea con insecticidas o con algún tipo de control cultural o biológico.  Se podría de esta forma reducir las poblaciones hasta un nivel en que la afectación no sea significativa, retornándose de nuevo a la categoría de especie inocua.

71. Phyllophaga menetriesi, 72. Phyllophaga sanjosicola, en cópula, 73. Phyllophaga menetriesi, en cópula, 74. Phyllophaga halffteriana, 75. Phyllophaga obsoleta, machos compitiendo por cópula de una hembra, 76. Phyllophaga nevermannea, 77. Phyllophaga prolixa, 78. Phyllophaga obsoleta, 79. Phyllophaga sp., 80. Phyllophaga guapiles

Científicamente los llamados “Abejones de mayo” son llamados Coleópteros, que a su vez forman parte de la familia Scarabaeidae la cual reúne a cerca de 1000 especies en Costa Rica.  Algunos géneros y la cantidad de especies (entre paréntesis) que la gente denomina como “Abejones de mayo” son: Phyllophaga (91 especies, Fotos 61, 62, 65, 67, 69, 71 a 80, 82 a 84 y 86 a 90), Cyclocephala (53 especies), Anomala (125 especies, Fotos 1 a 4, 6, 7 y 10), Callistethus (37 especies, Fotos 11 a 14, 15, 17, 19, 20 y 22), Macrodactylus (13 especies, Fotos 51, 53 a 55 y 58 a 60), Faula (5 especies, Fotos 21, 24 y 25), Diplotaxis (12 especies, Fotos 31, 35, 41, 42 y 45), Hoplia (10 especies, Fotos 43, 48 y 49), Isonychus (23 especies, Fotos 48, 46 y 52), Pelidnota (12 especies, Fotos 56, 63, 64, 66, 68 y 70), Strigoderma (20 especies, Fotos 81, 85, 94 y 97),

81. Strigoderma sp, 82. Phyllophaga sp, alimentándose, 83. Phyllophaga tegenara, 84. Phyllophaga vicina, alimentándose, 85. Strigoderma sp, 86. Phyllophaga schizorhina, 87. Phyllophaga sp, 88. Phyllophaga sp, alimentándose, 89. Phyllophaga sp, en cópula, 90. Phyllophaga vicina.

Ancognatha (4 especies, Fotos 5, 8 y 9), Aspidolea (4 especies, Fotos 16 y 18), Dyscinetus (3 especies), Euetheola (2 especies), Mimeoma (2 especies), Stenocrates (3 especies), y Tomarus (8 especies, Fotos 92, 95 y 98).  En total son unas 430 especies en Costa Rica, la mayoría de ellas viven en nuestros bosques naturales y sólo una porción de alrededor de 90 especies repartidas en diferentes partes del país, tienen capacidad de vivir y proliferar en sitios modificados por el ser humano donde habitamos (áreas agrícolas, potreros, parques y jardines).  El tamaño más común es de alrededor de los 20 mm, sin embargo pueden variar desde unos 8 mm hasta cerca de 40 mm, según sea la especie. Su coloración más común es el café o pardo, que puede ser desde brillante hasta opaco, también dependiendo de la especie.

91. Larva, 92. Tomarus nasutus, 93. Larva, 94. Strigoderma sp, 95. Tomarus bituberculatus, 96. Larva, 97. Strigoderma vestita, alimentándose de néctar en flores, 98. Tomarus sallaei, 99. Larva, 100. Pupa.

101. Campsomeris hesterae, 102. Campsomeris ephippium, hembra, 103. Pelecinus polyturator, macho, 104. Pelecinus polyturator, hembra, 105. Tiphia sp, 106. Scolia sp, 107. Campsomeris sp, 108. Campsomeris ephippium, 109. Pelecinus polyturator, hembra ovipositando, 110. Pyrgotella sp.

Cómo citar este artículo:  
Solís, A. 2020. Abejones de mayo. https://identomologica.com/familia-scarabaeidae/abejones-de-mayo